martes, 31 de diciembre de 2019

BEATRIZ VALDEZ (Catamarca)



BEATRIZ VALDEZ


Con la vida en un hilo 
La mujer de negro se levantó del sillón, dejó el tejido sobre la mesita y miró -a través de los visillos de la ventana- la calle desierta. “¿Cuánto tiempo había pasado desde que él se marchó? ¿Dieciocho años?, quizás veinte… ya no lo recordaba.” Volvió a su tarea: un derecho y un revés, un derecho y un revés…
De pronto, sintió que los dedos se le amortiguaban y las agujas cayeron en la alfombra. Un dolor impreciso se apoderó de su cuerpo; se acurrucó en el sillón y un profundo sopor la invadió. Tuvo un sueño extraño: sus brazos y piernas se multiplicaban y todo su cuerpo se cubría de una oscura vellosidad. Se despertó sobresaltada con los golpes en la puerta.
-¡Querida, soy yo, he regresado! Penélope, ¿dónde estás?
Al entrar a la sala, Ulises sintió que un hilo invisible lo envolvía con fuerza, alzándolo hasta el cielorraso. Quiso gritar, pero la hebra de seda le oprimía la garganta. Una sombra fugaz se deslizó por el muro y en un beso de bienvenida lo devoró.

Insomnio 
 La barca era un potro encabritado en el mar turbulento. El capitán no podía dormir y decidió contar ovejitas. No le dio resultado. “¿Y si pruebo con otro animal?” –pensó. 
Se pasó toda la noche contando monos, palomas, gacelas, leopardos… que saltaban el cerco de a dos en dos. Se durmió al amanecer, justo cuando les tocaba el turno a los elefantes. ¡Ay, pobre Noé, no se despertó jamás, murió aplastado!

El lector

En la fría mañana de otoño entró a la biblioteca, colgó el bastón y el sobretodo en el perchero. Pidió a la encargada “Ensayo sobre la ceguera”, se quitó los guantes y comenzó a leer con la yema de los dedos.

Tarde de toros 
Domingo de sol. En la plaza de toros la multitud aplaude entusiasmada. El torero hace ondear su capote y saluda al público que lo aclama.
“¡Que te coge el toro, Manolete!”
En la arena, un reguero escarlata... Congoja nacional. Cierre de comercios. Suspensión de actividades. Bandera a media asta. Todo el pueblo llora y quiere darle su último adiós.
Al llegar al cementerio, el cortejo se detiene frente al portal de hierro con cadena y candado. Un gran cartel: “Cerrado por duelo”.

El alfarero 
Dejó lo que estaba haciendo y se secó el sudor de la frente con la manga de la camisa. Había trabajado sin descanso para terminar su obra pero no estaba satisfecho. La observó desde distintos ángulos mientras pensaba: ¿qué le falta para ser perfecta?
Se inclinó sobre la estatua y –acercando sus labios a la boca de arcilla- con un soplo divino le dio vida.

Beatriz Valdez: Escritora nacida en Frías, Santiago del Estero, en 1950, está radicada desde muy pequeña en la ciudad de Catamarca. Es profesora de Castellano, Literatura y Latín; integró el grupo “Cataletras” de la SADE, donde publicó sus trabajos en las “Hojas de poesía y narrativa” que editaba la institución con la Universidad Nacional de Catamarca. Integra las antologías “Café literario 2000”; “Monoambientes-Microrrelatos del Noroeste Argentino”, Cuaderno Laprida y “Antología narrativa argentina”. Ha publicado “Confusión en el laberinto y otros microrrelatos” (2013)


viernes, 29 de noviembre de 2019

ROBERTO PERINELLI (Buenos Aires)



Repercusión 
Soy un adicto lector de diarios, obligado a consumir la droga todas las mañanas, mientras desayuno. Por eso estoy enterado de las noticias del mundo, de, por ejemplo, que la NASA festejó su cincuenta aniversario enviando al espacio Across the Universe, de los Beatles.
También es por eso que no me sorprendí para nada cuando un ET (pariente, me dijo), verde, petisito, tres orejas, siete dedos, uno, el del medio, mucho más largo que los otros seis, me paró en la esquina de Diagonal Norte y Maipú para preguntarme dónde quedaba Liverpool.

Duda 
A cierto señor lo inquietaba la palabra necrópolis. No sabía qué quería decir pero un extraño instinto le impidió preguntar o siquiera consultar el diccionario.
A punto de morir, muy viejo, longevo, interrogó a todos, hijos y nietos que lo rodeaban, y le contestaron que necrópolis quería decir caballo en celo. Se fue tranquilo, porque por fin sabía el significado de esa palabra que hasta ahí se había empeñado en ignorar. 

Mensaje 
Era un marido cariñoso. A punto de irse al trabajo le dejaba a su esposa una buena cantidad de besos en una cajita. Cuando ella los necesitaba, la abría, sacaba uno y, ¡chuick ¡ (el marido se los dejaba con ruidito), se los daba en la mejilla. Un día los besos dejaron de sonar, otro había bastantes pocos. Cuando encontró la caja vacía, la mujer la llenó de lágrimas, hizo las valijas y se fue de la casa.


Tamaños
Cuando mi papá se hace muy grande, caza los aviones con las manos, los hace añicos y me los regala con las alas rotas y el fuselaje partido por la mitad.
Cuando se hace chiquitito, se mete en las cuevas de las cucarachas y las ataca con un alfiler de gancho; entonces me las entrega muertas, con el lomo atravesado.
Pero cuando se hace normal y vuelve del trabajo, nos dice a todos que discutió con el jefe, viajó apretado en el subterráneo y ni siquiera me trae caramelos.


Soledades 
Las tardes de domingo la del 5° H llama de urgencia al plomero del consorcio, y le lee poemas. La mujer lo engaña, porque nada fue escrito por ella, sino por Neruda, Ungaretti, Auden o Machado.
El hombre también miente, inspecciona el waterclos, afirma que los caños del artefacto tienen problemas y escucha los versos mientras simula que está trabajando.-

Roberto Perinelli nació en Buenos Aires en 1940, Fue uno de los 21 autores del primer y mítico ciclo de Teatro Abierto. Estrenó, desde sus inicios como dramaturgo en 1969, más de 30 obras teatrales en Buenos Aires, en las provincias argentinas y en el exterior. Durante más de 20 años (hasta 2006) dirigió la Escuela Metropolitana de Arte Dramático de la Ciudad de Buenos Aires (EMAD), donde además dictó las cátedras de Análisis de textos, Historia del teatro y Dramaturgia. Forma parte de la comisión directiva de Argentores e Integra la Fundación Carlos Somigliana (SOMI) dedicada al estímulo del autor teatral, desde su creación en 1990. Obtuvo varios reconocimientos a lo largo de su trayectoria, entre los que se destaca el Premio Municipal de Dramaturgia, bienio 2001-2003, otorgado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por su obra Mil años de Paz.
Integra diferentes antologías y Macedonia pblicó los libros “Actos que crean hábitos”  y “Cuestión de hábito”

sábado, 2 de noviembre de 2019

CECILIA CABRERA (Corrientes)


CUESTIÓN DE PERCEPCIÓN
Mariana golpeó con su ojo el puño de Sebastián. Los bordes de sus cuencas le hicieron sangrar los nudillos, ella insistió y arremetió con el otro ojo hasta impactar en el mismo puño. Elevó la apuesta y dio un golpe seco con su abdomen a la rodilla derecha del infiel. No le importó que fuera la rodilla lesionada hace unos años. Cuando llegó el turno de enfrentar los pies de su esposo, se tiró al piso y utilizó su espalda, intermitente contra cada pie. La lucha le borró la imagen de su marido horquetado con la morocha en la mesada.

DESPERTAR DESNUDA
Hoy amanecí desnuda y fresca en la cama. Me despertó la claridad que entraba por la ventana. Había decidido disfrutar un poco más de la suavidad de las sábanas, pero de pronto sentí humedad y dolor entre mis piernas y eso me despabiló. Aunque lo que me desesperó fue no reconocer las paredes de la habitación.

MEDIALUNAS CALENTITAS
Hoy me desperté tempranito y me fui a comprar facturas calentitas para desayunar con mi mamá.
Cuando llego a su casa, ella me abre la puerta, nos vamos a la cocina, me sirve el café con leche y me pregunta: ¿Vos te das cuenta de que no existís, ¿verdad? Yo la miré sorprendida y me quedé muda. -Sí, hija, vos insistís en desayunar, pero ¿te das cuenta de que ahí no hay ninguna tasa? ¿Te das cuenta de que estás masticando aire?... Me dejó estupefacta, hoy el perfume de las facturas era más rico que de costumbre. Me dejó muda su negación de lo evidente. De pronto se levantó ensimismada y salió diciéndose a sí misma: - Otra vez estoy hablando sola... tengo que ir al médico. Y de pronto desaparecí.

PUÑETAZO
El puñetazo de Juan fue seco y sonoro. La sangre de Elena salpicó la pared de la Catedral.
El cura, horrorizado, gritó: “¡Mi pared!”

Cecilia Cabrera, nació en la ciudad de Resistencia en 1978. Es Profesora en Letras, escritora y humorista. Está en elenco de Stand Up de Sala 88 desde el año 2015, fue colaborado en las revistas digitales de Resistencia “LalalaNews” y “Proyecto Bohemia” y de México, “Cultura Colectiva”. Este año publicó su primer libro de microrrelatos La Rebelión de la Sombra. El cuento que le da título al libro fue adaptado a la obra de Microteatro Retobada en la cual actuó en el año 2018. El libro se encuentra editado en versión digital y está la venta actualmente. También estoy incursionando en la asistencia de dirección en una obra de teatro clown “SemiYa” que se estrena el próximo 3 de noviembre de 2019.

martes, 1 de octubre de 2019

JUAN JOSÉ PANNO (CABA)


Tribuna popular

El partido de gala que se disputaba en el Gran Estadio era tan malo, pero tan malo que los espectadores se empezaron a asomar a los murallones de las graderías para espiar desde ahí el encuentro improvisado que estaban jugando hijos y sobrinos de los profesionales en un campo lindero. Su Majestad, presente en el Gran Estadio, fue notificada de lo que estaba ocurriendo y tomó inmediatamente una medida demagógica de esas a la que ya tenía acostumbrada a la población: mandó traer a los jóvenes al Gran Estadio y ordenó que los cracks pasasen castigados a la cancha auxiliar. La plebe celebró alborozada la novedad, pero diez minutos más tarde todos desdeñaron lo que estaba ocurriendo en el Gran Estadio y empezaron a mirar el partido, abierto y divertido que jugaban los profesionales en el campo contiguo.


La increíble y triste historia del cándido delantero y un arquero desalmado

Hacía como cien años que no metía un gol. Un buen día, que por extraña paradoja era un día de lluvia interminable en aquel pueblito colombiano, Aureliano hizo, abracadabra, aracataca, una jugada mágica y se encontró en soledad frente al arco. Todos empezaron a escribir la crónica de un golazo anunciado, pero inexplicablemente, el cándido delantero se puso a recordar a sus putas tristes y demoró el tiro, aunque un instante después decidió que no habría más penas ni olvido y marcó el gol. Fue un gol de otro partido.


Sueños

El sábado a la noche el delantero soñó que en el partido del día siguiente ejecutaba un penal y era gol porque amagaba y disparaba a la izquierda del arquero que se iba, engañado, hacia su derecha.
El domingo, el árbitro cobró un penal para su equipo y el delantero, que tenía muy presente el sueño, amagó a la derecha y le dio hacia la izquierda del arquero, casi con displicencia, respondiendo a la premonición.
El arquero, que se había volcado justamente hacia su izquierda, no tuvo que hacer mucho esfuerzo para detener la pelota.
El delantero se quedó estático, azorado. La perturbación se multiplicó cuando el arquero, al pasar a su lado, mientras sacaba la pelota le dijo en tono canchero: “los sábados a la noche me tiro a la derecha, los domingos a la tarde, no”.


Partido internacional

Mueve Moby Dick, toca Toquino, pisa Pizarro, pasa Passolini, mata Mata Hari, mete Metello, pica Picasso, marca Marconi, quita Kitano, avanza Vanzetti, saca Sacco, corre Courreges, la tiene Tenorio, cruza Cruz, se va Vavá, cae Cain, paga Paganini, gol de Goliath, pita Pitagoras. Final.


Metamorfosis

Cuando Gregorio Samsa (en tiempos no muy lejanos crack indiscutible) se despertó una mañana (después de un sueño intranquilo producido por el recuerdo fresco del gol en contra y el penal errado que hicieron perder un campeonato) se encontró sobre su cama convertido (por los mismos hinchas que antes lo adoraban) en un monstruoso insecto.


Juan José Panno nació en  Buenos Aores en 1949. Periodista y escritor (aunque él se reconoce más como periodista que como escritor) Trabajó en los diarios Clarín, Crónica, La Razón, El Gráfico, El Mundo, La Voz y, actualmente, Página 12. También trabajó en varias radios y en televisión. Es coautor del primer “Días de Radio”, detrás del cartel de Ulanovsky, autor de Corazón y pases cortos (cuentos futboleros), Obras maestras del error (recopilación de furcios y metidas de pata en el periodismo), Pozo vacante y Juegos de fútbol. Tambié es uno de los creadores y actual director de las escuelas de periodismo TEA y DeporTEA. Dos de sus cuentos formaron parte de los libritos que el Ministerio de Educación repartió en las canchas.

Los textos fueron tomados de los sitios Web Gambeteando palabras 
y Ficción mínima 
Sus datos fueron tomados de varios sitios Web y la fotografía de su muro de Facebook.